Había una vez un pueblo entre las montañas en donde habitaba un Mago.

Se decía, entre los habitantes del pueblo, que había descubierto el secreto de la Alquimia.
Muchas personas lo habían consultado. Algunas decían que, luego de beber sus brebajes, se habían sentido más recelosos, angustiados, miedosos y habían decidido no volver a consultarlo, a pesar de que el Mago les había dicho que era un proceso.
Otras decían sentirse cada vez mejor. Algunos habían superado sus miedos, o se habían tornado tan alegres como cuando eran niños...

Lo cierto es que cada experiencia era individual.

Un día, una niñita se encontró con el Mago juntando flores en el bosque, y le preguntó:-¿Para qué juntas tantas flores?

El Mago le dijo: -Para hacer mi trabajo de Alquimia

La niñita asombrada le dijo:-¿Qué es Alquimia?

El Mago comenzó a explicarle:- Es un proceso de transformación que....(se quedó en silencio mirando la carita perpleja de la niña y luego retomó la explicación)... ¿Sabés qué necesita una planta para vivir?

Sí- dijo la niña- Agua, tierra, aire y sol

El Mago asintió. - Los cuatro elementos. Las plantas juntan esos elementos y los transforman en ese hermoso color verde de sus hojas y los hermosos colores y perfumes de sus flores.
Pero no sólo hacen eso...

La niña lo miró sorprendida:- ¿qué más hacen?

El Mago dijo: - Ayudarnos a que nosotros hagamos lo mismo.

La niña dijo:- ¿dar flores?

El Mago se rió:- Algo parecido...¿cuando tienes sentimientos y pensamientos lindos cómo te sientes?

La niña sonrió:- ¡¡¡Muy bien!!!

El Mago agregó:- Pues bien, las flores son los pensamientos y sentimientos lindos de las plantas, porque surgen de una transformación interior. Ellas nos convidan el rocío de sus pétalos para que siempre tengamos pensamientos y sentimientos bonitos y nos sintamos muy bien, pero como todo, tiene sus tiempos.

La niña se emocionó:- En serio? Son re buenas las flores...(se quedó pensativa unos instantes)- ¿Sabés Mago? Ya sé qué son las flores....las oraciones a Dios de las Plantas.